66 países firman en la ONU la despenalización universal de la homosexualidad


Sesenta y seis países de los 5 continentes pidieron el jueves, 18 de diciembre, a la Asamblea de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la despenalización universal de la homosexualidad. Nada menos que 66, superándose así las expectativas de los más optimistas. Suscribieron la declaración: los 27 de la Unión Europea (incluida Italia), Noruega, Islandia, Andorra y Croacia, gran parte de América Latina, Japón, Israel, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Nepal, República Centroafricana y Gabón, (un país islámico); Sin embargo este número se queda lejos de la mayoría del plenario, cifrada en 87 miembros y con ausencias destacadas como EEUU, China o Rusia, nada nuevo bajo el sol.

La declaración que fue leída por el embajador argentino, Jorge Argüello, condena la violación de los derechos humanos que se cometen en muchos países por la orientación sexual o identidad de género, con ejecuciones, violencia, sanciones penales, torturas, detenciones o arrestos arbitrarios. Igualmente se refiere con preocupación a las amenazas que reciben los defensores de los derechos humanos y la discriminación de gays, lesbianas o transexuales en el acceso a los derechos económicos, sociales y culturales, incluido el derecho a la salud, en más de 90 países.

La declaración, asimismo, hace un llamado para que se tomen medidas administrativas y legislativas para que no haya acciones penales, ni detenciones, por orientación sexual o identidad de género. Además, el texto plantea que se investigue la violación de estos derechos y que los responsables tengan la consecuencia de la Justicia.

Aunque los resultados de todo esto sean más morales que prácticos, la ocasión no puede desmerecerse. Debe, pues, quedar claro que en la ONU el jueves 18 se hizo historia. Es histórico porque es la primera vez que la Asamblea de Naciones Unidas hace una declaración sobre orientación sexual o identidad de género. Además, es una declaración que entronca con los actos del sesenta aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la cual se celebra este año, y que establece en su primer artículo que "todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y en derechos".

Igualmente positivo ha resultado la implicación de muchos países europeos, sobre todo Francia y Holanda, y latinoamericanos, muy especialmente Argentina, cuyo papel ha sido igualmente relevante en todo el proceso. Esperemos que en estos 66 se ponga en práctica esta declaración que apela al principio de no discriminación para lograr la plena igualdad jurídica de sus ciudadanos, incluidos gays, lesbianas y transexuales. Sin ir más lejos, en Argentina debería procederse a modificar la ley nacional antidiscriminatoria, incluyendo en ella, como causas de discriminación, la orientación sexual y la identidad de género; asimismo debería ponerse fin a las persecuciones y abusos contra transexuales por parte de la policía en algunas provincias. El camino no ha hecho más que empezar y ahora sí es posible exigir.

Debo referirme, no sin fastidio, al lado oscuro, a esos países del miedo y de las faltas de libertades. Sólo Siria, que pareció hablar en boca de varios países árabes (¿y del Vaticano?), tomó la palabra para condenar la declaración. Su embajador en la ONU manifestó que “era peligroso introducir esta temática en los mecanismos de Naciones Unidas, y plantearon un discurso de promover la familia natural".

¿Y ahora qué? Ahora esperemos que en todos los 66 países firmantes se lleven a cabo las reformas oportunas para promover leyes antidiscriminatorias como las existentes en España, Benelux o Francia, y en sus legislaciones se equipare en derechos y libertades a gays, lesbianas
y transexuales con el resto. Eso ya sería un éxito arrollador. Respecto a la despenalización, ahora toca el trabajo más duro: promover esta declaración y vincular a los respectivos gobiernos de los 86+7 países donde la homosexualidad y la identidad de género son ilegales o están perseguidas, al cumplimiento de los derechos humanos. El trabajo ya fue iniciado el mismo jueves con una reunión de alto nivel celebrada en Nueva York y presidida por la franco-senegalesa Rama Yade (secretaria de Estado de Derechos Humanos) y la holandesa Maxime Verhagen (Ministra de Asuntos Exteriores).

Sólo me queda desear el mayor de los éxitos a esta Declaración, que recoge el testigo de las declaraciones anteriores que fueron promovidas por Nueva Zelanda (2005) y Noruega (2006) y que reúne a 66 estados en una causa que debe solventarse urgentemente y de una vez por todas. Confiemos que esto sea el germen de un gran cambio de mentalidad, si es que por una sola vez la estupidez humana puede ser vencida por la razón.

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2 Comentarios:

22 de diciembre de 2008, 23:12 Anónimo dijo...

Aunque es un día histórico, tal y como comentas, es una pena que hayamos tenido que esperar tanto para que se haga una DECLARACIÓN. Porque ¿cuantos paises forman las Naciones Unidas? Si no me engaña Wikipedia, son 192. Increible, no es la Organización de Naciones Unidas???? Esto es realmente importante, se trata de la despenalización de algo que nunca debió penalizarse, en fin... estamos en tiempos de alegría y felicidad, así que alegremosnos porque POR ALGO SE EMPIEZA...

Un besote para mi escritor favorito, lástima que no tenga su opera prima en mis manos, ahora que tengo tanto tiempo para leer...

23 de diciembre de 2008, 7:40 Unknown dijo...

¡Ya te echaba de menos! Algo es algo. Esperemos que tenga algún resultado pronto. Entonces sí servirá para algo. Aunque si mal no recuerdo la recomendación del Parlamento Europeopara que los países de la UE adoptasen leyes de pareja de hecho fue en 1994. Hizo falta 10 años para que llegase a España y hay todavía países en Europa (como Italia o Grecia) que no tienen... O sea que las cosas de palacio van despacio.