Le fate ignoranti y la familia extensa



Le fate ignoranti (2001) (las hadas ignorantes) estrenada aquí, sin entender muy bien porqué -¿alguien sabe por qué cambian sistemáticamente los títulos de las películas en España?-, como el “Hada Ignorante”, es decididamente la película más gay-lesbiana-transexual de las que ha hecho Ferzan Ozpetek, genial director y guionista turco-italiano. Es también una de mis películas favoritas, que de vez en cuando, íntimamente, me gusta volver a visionar, a revivir. Las fate, los protagonistas de la historia, son principalmente Michele (Stefano Accorsi) y Antonia (Marguerita Buy). Ambos ignorantes de muchas cosas que no pienso desvelar aquí (nunca he soportado las sinopsis); y ambos unidos en lo más profundo de su alma, cosa que irán descubriendo, paulatinamente, a medida que avance su historia, que transcurre en las animadas calles y humildes edificios del barrio romano de Ostia.

Lo que me llama más la atención y que definitivamente convierte a esta película en especial, en real, es la forma particular en que Ozpetek aborda la familia. Una visión que mezcla a ésta con dos elementos: el amor y la amistad, lo que da lugar a nuevos significados, a un nuevo modelo de comportamiento social y emocional. Me refiero, obviamente, a la familia extensa, a la familia elegida por uno mismo. Es un modelo que a primera vista puede parecer alternativo o revolucionario al componerse de amigos, amantes, compañeros de piso, conocidos, parientes, no de sangre, sino elegidos, con una mezcla de razas, de orientaciones sexuales y de idiomas distintos que en ningún caso son conflictivos entre sí. Exactamente mi misma concepción de familia, tan alejada de la estrechez mental del hampa tiberina Vaticano, y tan real como la vida misma. En definitiva, una necesidad humana.

Cuando veo Le Fate Ignoranti hay algo que me toca muy de cerca y que tiene que ver, precisamente, con esta familia extendida que presenta Ozpetek. Y es que esta nueva “familia” me transmite una nostalgia, casi infantil, por el recuerdo de mi propia familia (extensa).

Recuerdo con alegría esas reuniones con 25-30 personas en casa de mi abuela María cuando yo era niño. Eran reuniones especiales, llenas de sorpresas. Mucho más vívidos son, sin embargo, mis recuerdos de la familia extensa de mis propios padres, su otra verdadera familia, compuesta de cientos de amigos, de gente de muchos lugares que de repente desaparecía y volvía a aparecer meses o años después. Sin embargo, en cada reaparición se confirmaba el profundo sentido de pertenecer a una "familia" y por consiguiente, nunca se les consideraba extraños. Igualmente, los hijos de estos amigos, mis amigos de infancia y de adolescencia, mi particular familia extensa, que se agrandó años después, cuando pasaron a formar parte de mi vida otros amigos. Ese es el poso que hoy me lleva a considerar familia, además de a los de mi sangre, a otros miembros que me han elegido, y a los que he elegido para formar parte de mi vida. Aquellos mismos con los que comparto mis emociones, mis sueños y mis particulares dramas diarios.

Ozpetek sabe, y de qué manera, transmitirte esta misma idea. Y es que para cambiar tu vida no siempre hace falta ir a otra parte y enfrentarte a lo desconocido, o incluso perderte en paisajes exóticos o lejanos. Como dice Serra (Serra Yilmaz) en la misma película, a veces, el verdadero viaje comienza al llamar a la puerta del vecino. En definitiva, la película es una clara invitación optimista a confiar en tus semejantes, a no tener prejuicios y a olvidar el miedo a hablar con gente que nos habla en otro idioma y que tiene otra moralidad, o simplemente no piensa como nosotros.

Le Fate Ignoranti supuso mi personal descubrimiento de Ozpetek, del que he visto todas sus películas. Espero en breve hablaros de otras como Hamam - il bagno turco, la Finestra di Fronte o Saturno Contro. Me queda, pues, tan sólo invitaros a sumergiros en esta historia que seguro que os gustará y emocionará. Y si finalmente os decidís, intentad verla en italiano, con subtítulos, ya que la versión doblada no es muy buena.

Si eres profesor utiliza esta web para preparar un cine-forum con tus alumnos: http://cinedidactica.blogspot.com

TRAILER EN ITALIANO, ojo porque los trailers siempre explican más de lo que deben:


BANDA SONORA / COLONNA SONORA: "Parole non dette" recitado por Stefano Accorsi y música de Andrea Guerra; "Due destini" de Tiromancino en los títulos finales.


MusicPlaylist

9 Comentarios:

15 de marzo de 2009, 14:10 Juan Carlos López dijo...

Habrá que ver la peli, si es que apunta a esa manera de ver la familia que comentas.

15 de marzo de 2009, 15:52 Kir dijo...

Una buena excusa para comer palomitas ^^ ¡Me apunto a verla!

Mmm palomitas ^^

Es una buena idea esa de ver la familia (me ha gustao,ea) , podríamos proponérsela a Ben16.

[¡Caray, qué mal me expreso! ]

palomitas ^^

15 de marzo de 2009, 18:16 Francisco Galván dijo...

¿Has visto Mi nombre es Hervey Milk? Yo la vi ayer. Muy buena.

16 de marzo de 2009, 7:50 Unknown dijo...

Aún no he visto "Mi nombre es Harvey Milk" Le estrenaron en exámenes y luego... En fin que la veré en casa (en breve).

16 de marzo de 2009, 13:01 Sílvia dijo...

Lo que he echado de menos esa concepción de la familia en sucesivas navidades ¡¡¡ ;)

16 de marzo de 2009, 20:45 Anónimo dijo...

Un film molto bello con dei personaggi alquanto origimali soprattutto quello della madre di Antonia e della filippina....NOOOOOra apparecchiamo?

16 de marzo de 2009, 23:30 Unknown dijo...

Se me olvidó comentar que en la peli están todos los elementos característicos de Ozpetek como, por supuesto, las filipinas, personificadas en Nora. Genial.

17 de marzo de 2009, 13:15 Anónimo dijo...

condivido tus emociones veendo la pelicula.

Perdon pero el piso no esta en Ostia, esta en un barrio llamado Garbatella-Ostiense. Es un barrio en la ciutad, Ostia es una pequena ciutad cercana de Roma, y es en la costa, al mar.

mic

17 de marzo de 2009, 13:53 Unknown dijo...

Hola Mic.

Es verdad! El barrio no es Ostia, puesto que es una ciudad. Lo corrijo ahora mismo. No sé por qué lo dejé. Es culpa de que aún no domino las barriadas de Roma, como las de Napoli, y como la estación donde vimos la estructura metálica se llama Ostiense...