
La colocación en
Barcelona de un sobrio
monumento a la memoria de las personas LGBT que a lo largo de la historia, y aún hoy, han sufrido persecución, discriminación y castigo por razón de su orientación sexual, está trayendo más polémicas de las previstas. El problema radica en que la
Concejalía de Drets Civils del Ayuntamiento de Barcelona, la cual la dirige
Joaquim Mestre de
Iniciativa per Catalunya - Verds había decidido ubicarla en la
Plaça de la Sagrada Família, actualmente en obras de remodelación. Ésta es una plaza de barrio ajardinada, la plaza de mi barrio, que está situada delante de una de las fachadas de la
Sagrada Família de Gaudí, que como todos sabéis ahora ya no es sólo un simple monumento catalogado en el Patrimonio Mundial de la UNESCO, sino una Iglesia consagrada por la mismísima Benito XVI hace sólo unas cuantas semanas. Creo que ya podéis intuir donde está el conflicto aunque yo podría releerme este párrafo 50.000 veces y seguiría sin entenderlo… Así que sigo.
Por lo visto el
PP, por boca de su concejal,
Alberto Fernández Díaz, y
la Iglesia Católica, por boca del mismísimo
Obispo de Solsona, han clamado contra el emplazamiento pensado para el monumento, a unos 200 metros de la puerta lateral de la Basílica, tildándolo de
“provocación” y advirtiendo que "
van a presionar para que ese monumento no vea la luz". Y aquí es donde me descoloco del todo: ¿
Provocación? Pero ¿cuál? ¿De quién ¿Dónde? ¿Se refieren a las
provocaciones reiteradas de la Conferencia Episcopal o del Vaticano contra los homosexuales? ¿O acaso se refieren a la
provocación del PP que tiene
recurrida la Ley del Matrimonio homosexual ante el TC? Podéis haceros una idea de cuáles habrán sido las presiones, de todo tipo y de alto grado, para que el propio
Alcalde Hereu haya salido raudo y presto a la palestra a desautorizar a la Concejalía de Derechos y a negar que vaya a ser ese, un rincón de la Plaza del Barrio de la Sagrada Família, el lugar donde se ponga el monumento. Afortunadamente
Hereu y
Gomà, líderes municipales de la izquierda, saben bien que en Barcelona
City tan importante es el voto católico, como lo es el LGBT, así que el monumento que
en febrero 2009 se acordó solemnemente dentro de un programa muy amplio de políticas pro-LGBT verá la luz, y vaya si la verá (por la cuenta que les trae) lo que no sabemos todavía es dónde, por increíble que parezca.
Pero,
¿cuál es ese monumento que asusta tanto a la derecha conservadora y que "provoca" a la Iglesia Católica y que no puede situarse ni a unos 200 metros de las, digamos, heterodoxas esculturas de Subirats de la Fachada de la Pasión de la Sagrada Família? Pues a pesar de lo que parece, no será ni una escena porno gay, ni dos lesbianas en
top-less mientras se meten la lengua hasta la garganta, ni tampoco habrá ninguna mujer transexual enseñando sus senos al Cristo de Subirats. No, no será nada de eso aunque los sectores conservadores lo vendan así.
El monumento será un sobrio triángulo de piedra rosácea, similar al
Homomonument de Ámsterdam o a los distintos monumentos que pueden verse en los antiguos
Campos de Exterminio Nazi como el
Buchenwald o el de
Mauthausen.

Homomonument de Amsterdam. Es una sucesión de 3 triángulos de mármol, dedicados a la memoria de los gays, lesbianas y transexuales asesinados por el nazismo.

El
triángulo rosa invertido es el símbolo de la persecución nazi a los homosexuales hombres y hoy es
uno de los dos símbolos universales LGBT, el otro es la
bandera del Arco Iris. Al dicho triángulo esculpido se le adjuntará una simple
inscripción que pondrá: "En memoria de los gays, las lesbianas, y las personas transexuales que han sufrido persecución y represión a lo largo de la historia. Barcelona 2011". En fin, algo del todo indigno a los ojos del Cristo de Subirats.
Lo más curioso es que cuando he hablado de esta polémica en mi entorno, diremos que en la oficina, me han sorprendido negativamente algunas reacciones. De un lado la indiferencia entre compañeros gays o lesbianas. Del otro la sorpresa entre compañeros heterosexuales. ¿Para qué un monumento a los homosexuales? Entonces que hagan uno a los heterosexuales… Responderé por partes:
¿Puede haber algún heterosexual sobre la faz de la Tierra que pueda pedir un monumento a la heterosexualidad? Pero, ¿se puede pretender tener más monumentos de los que ya tienen? Cuando enciendo la televisión, a diario, todos los canales son un monumento a la heterosexualidad. Paseo por la calle y toda ella es un monumento a lo heterosexual. Ay, queridas compañeras mías, esta es vuestra sociedad y es heterosexual. Cada iglesia, cada tienda, cada avenida, cada edificio de administración y hasta la misma luz del sol, son monumentos, todos ellos, a lo heterosexual. Lo nuestro es la noche, lo oscuro, la esfera de lo privado. Eso es lo que nos han dejado siglos de represión. Si a mano viene y aprovechando estas fiestas, ¿no tenéis ya bastante con el pesebre para conmemorar la divinización de la familia heterosexual? Esa sí , la de Belén, es una familia modelo, aquella que propugna la Iglesia: Un hombre que no es el padre de la criatura. Una mujer virgen que da a luz y que encima tiene el supuesto castigo de ser virgen toda la vida. Y un pobre niño acunado en un montón de heno, entre animales estabulados con sus parásitos, expuesto el pobre a todo tipo de infecciones. Por cierto un niño de quién no sabemos cuál fue su sexualidad... ¿o sí que la sabemos?

Monumento a la Revuelta de Stonewall el 28 de Junio de 1969 en el Village de Nueva York.
Pero entonces,
¿por qué un monumento a los homosexuales y transexuales? Porque a lo largo de la historia nos hemos visto obligados a elegir aparentar "no ser lo que somos" para simplemente vivir. Porque nos han quemado, matado, conjurado, aplastado, negado, acusado, torturado, internado, encarcelado o echado, y siguen haciéndolo. Porque sólo ahora, en el
Siglo XXI empezamos a tener derechos similares en algunas pocas partes del mundo, mientras que en otras se nos sigue ejecutando (9 países), encarcelando, multando, o castigando legalmente (75 países). Porque
Nemat y todos los que siguen siendo ejecutados hoy por motivo de orientación sexual se merecen un recuerdo. Porque sólo en
1985 el
Estado Alemán reconoció
la persecución del Nazismo a los homosexuales y no a fue
¡¡hasta 2002!! cuando se anularon las sentencias nazis por este hecho (anteriores a 1945, porque las posteriores nunca han sido anuladas) y se pidió disculpas oficialmente a la comunidad gay. Para entonces sólo quedaban 2 víctimas vivas.

Placas conmemorativas a los prisioneros del triángulo rosa asesinados por los nazis en Mauthausen, Austria (izquierda) y Buchenwald, Alemania (derecha).
Porque los crímenes y persecución contra los homosexuales durante la Guerra Civil y durante el Franquismo no han sido en absoluto abordados, ni reconocidos por el Estado. Porque ser homosexual hoy, y además decirlo abiertamente o mostrarlo en público, es un acto de valentía y a veces de inconsciencia, por el peligro que ello supone para tu integridad física, o tus derechos laborales. Incluso aquí, en la modernísima y vanguardista Barcelona que se cuestiona colocar un simple monumento, el ser gay, o lesbiana, o transexual es un acto de valentía, porque aquí seguimos soportando insultos, comentarios a nuestras espaldas, ya sea de nuestros compañeros, vecinos o de los mismos transeúntes; porque lloramos a escondidas por las incontinencias verbales, la homofobia latente, de tus seres más queridos, sean tus sobrinos, sean tus hermanos; porque a tu madre, pese a todo, no le hace gracia lo que eres, o acepta a tu pareja como casi uno más de la familia; porque tienes suerte si tus padres no te niegan cuando se enteran y en muchos casos tu relación con ellos tal vez ya nunca sea la misma porque ahora ya siempre estará eso ahí, separandoos; porque cuando te despistas, tus amigos y compañeros votan a un partido homófobo, o tus amigas se acaban liando con tíos homófobos y acabas perdiéndolas. Y eso sucede aquí, en la vanguardista Barcelona. En definitiva, merecemos un monumento y dos, y tres… porque ser gay, lesbiana, bisexual o transexual es en muchos casos algo muy jodido, algo que la mayoría no hemos elegido, algo que somos y que para muchos de nosotros, con todo y con eso, es lo mejor que nos ha pasado y ni siquiera querríamos, ni por asomo, cambiarlo. Sí, creo que merecemos esa puta placa, quizá en algún callejón maloliente y oscuro del Raval, o entre alguna zarza de Montjuïc, o en el 22 Arroba, o en la Zona Franca. Merecemos que esta ciudad que tanto se lucra de nosotros, tenga un mínimo detalle y nos reconozca, porque es doblemente duro ser la minoría que todas las otras minorías detestan, en una sociedad plagada de monumentos, normas, conductas y estereotipos heterosexuales mayoritarios.
Resumiendo, ya sabemos que a la Iglesia Católica y al PP les importa una mierda todos aquellos homosexuales y transexuales que han sufrido persecución, muerte o violación sistemática de sus derechos. Les importamos una mierda. No les somos afectos. Nos dan por perdidos, ¿queréis enteraros de una puta vez? Apostatad, militad contra el PP, no participéis en bodas católicas, ni en bautizos, qué les den. A los primeros porque fueron ellos los que modificaron el estatus quo romano para imponer sus doctrinas y tratar de erradicarnos. Para su desgracia, cada año, nadie sabe cómo, seguimos naciendo a millares y seguiremos siendo en torno al 10% de la gente. A los segundos… de los segundos sobran las palabras. Basta con ver algún post de este blog para que sepáis lo que pienso.
Por último, de la No ubicación del monumento en la Sagrada Família de Barcelona sí quiero apuntillar algo, por alusiones directas, pues en primer lugar ahí me citaba con mi primer novio y en segundo lugar porque mi primer beso, que fue a un hombre, me lo di en un banco de esa Plaza a la luz de la luna, la Plaza de mi barrio, y sí, delante de la Fachada de la Pasión de la Sagrada Família de Gaudí. Por lo visto, soy (fui) un provocador... Por eso quería apostillar que para la Iglesia Católica y el PP no es un problema, ni una provocación, que hayan dos zonas de pipí-can y un centro de basura orgánica en medio de la plaza, a un puñado de metros de la fachada lateral de la Sagrada Família, que ni siquiera es la principal, ni tampoco es la de Gaudí. Tampoco les importa el mercadeo de los alrededores, los constantes robos por tirón, ni las estafas a los turistas que se producen a centeneras, y a diario, delante de esa fachada lateral y de las restantes. Eso no les provoca. Sí en cambio les importa mucho más, parece ser, que no se erija una placa cuyo objetivo es dignificar éticamente a una sociedad que tantos errores ha cometido y comete con sus minorías homosexuales y transexuales. Pero debéis saber que, además, la Plaça de la Sagrada Família es un lugar especial para las personas LGBT de esta ciudad, sobre todo para los gays. En los años setenta y ochenta, antes de que proliferaran los bares de ambiente en Gracia y el Raval, más tarde en el Eixample, era un punto de encuentro gay, uno más de los varios que había a altas horas de la madrugada por la ciudad. La Plaça de la Sagrada Família fue, pues, un símbolo de lo que esta sociedad heterosexual hacía, y hace aún a hoy, a las personas LGBT, es decir, condenarnos a los antros y a los parques nocturnos, pues de día, no es posible la muestra de afecto entre dos hombres o entre dos mujeres, ya que como bien dicen Alberto Fernández Díaz, el Obispo de Solsona, el Nuncio del Vaticano y millones de palurdos heterosexuales, esas muestras son un acto una provocación, una ofensa a sus valores que por cierto, son los mayoritarios y, por tanto, los únicos que valen.
Y acabo.

Querido profesor
Gomà y apreciado concejal
Mestre, aunque creo firmemente que
el monumento debería estar en las Ramblas, justo donde se produjo en
1977 la primera manifestación LGBT en España, en plena Transición,
duramente reprimida por la policía, me supone un agravio, como vecino, gay y votante, que se altere el emplazamiento de la Plaça de la Sagrada Família por el mero hecho de ser considerado una "provocación". Quiero decirles que mi familia, de dos hombres, es igual de "sacra", o de "terrenal", que cualquier otra familia humana y hasta que no lo entiendan todos, seguiremos haciendo didáctica, aunque visto lo visto esta sea una tarea del
todo estéril.