Frente a las nubes

Tras una ausencia prolongada del mundo virtual, de mi propio mundo privado, me he decidido a escribir cuatro líneas para decir algo, aunque no tenga demasiadas cosas en el tintero que valga la pena compartir aquí. Bueno, para ser justo conmigo mismo, quizá sí las tenga.



LA CARRERA.
Lo primero que quería compartir es que he pasado varias semanas de angustia vital (exámenes). Me he dado cuenta que donde los demás ven capacidad, constancia, ejemplaridad, memoria, o incluso inteligencia (esto último sólo mi madre), para mí es sólo inseguridad, miedo, dificultad y, sobre todo, supone un alto coste en salud y en tiempo de dedicación. La sensación es la misma que alguien puede tener ante la inmensidad del mar... Acabar una nueva carrera, la última, y pretender llevar algo parecido a una vida normal de trabajador, amo de casa, bloguero, ornitólogo, activista, deportista, amigo de sus amigos, y pareja ejemplar, es algo completamente incompatible. Hasta aquí muchos podrían darme la razón. Sin embargo, la cosa se complica cuando la irracionalidad del miedo escénico ante un examen se apodera de ti, te posee, como nunca antes había ocurrido. Entonces es que algo va mal. Así pues, he decidido armarme de valor, o de paciencia, y acabar de una vez con parte del problema (la Carrera) para llevar a cabo una inmersión total en los próximos tres meses, aunque no descarto rendirme a la primera de cambio, así que por si acaso que conste.



EL BLOG.
En estos días de estrés o mejor, ansiedad, casi me ha dado vértigo acercarme al Blog. El Blog tiene muchas satisfacciones e infinidad de cosas relacionadas a él: amigos, redes sociales, guerras, luchas, diversión y lectura fresca; pero también hay otras cosas, mucho menos gratificantes. Me refiero, como no, a un tema que me ha traído de cabeza en los últimos meses: las ejecuciones de homosexuales en Irán.





GHASEM DE ARDEBIL.
Lo primero que he podido leer a mi vuelta ha sido sobre la ejecución del joven Ghasem Bashkool, por parte del Estado Iraní, el año pasado. El asesinato de Ghasem, un nuevo asesinato de Estado de un homosexual en Irán, se conoció hace unos días aunque tuvo lugar hace unos meses. Su conocimiento me ha tenido alejado del ordenador unos días más. Un jarro de agua fría. Demasiado fuerte. Al parecer su ejecución fue por sorpresa y no fue comunicada ni a abogado, ni a familiares. Además, el tema entronca directamente con el caso de Nemat, al ser ambos del mismo lugar (Ardebil), depender su sentencia de la misma Corte Provincial y estar acusados del mismo “delito”.



De Ghasem ya os hablé en este post del 30 de noviembre. En él os explicaba que Ghasem había sido sorprendido y apresado con su amigo en mayo de 2007. De su amigo nunca más se supo; él, en cambio, sí pudo hacer circular una carta personal de su puño y letra en la que denunciaba su situación y pedía ayuda. Según la International Gay and Lesbian Human Rights Commission, la carta de Ghasem se escribió en febrero de 2009. Podéis ver el original en farsi aquí. Una de las últimas cosas que estuve indagado sobre el caso de Nemat y el de los demás chicos en el patíbulo, era precisamente sobre esta carta y la situación actual de Ghasem. La carta me llamaba la atención por ser algo tangible, algo físico que acercaba su vida a nuestra realidad mundana de autocomplacencia general. Pero todo ha sido inútil. Ghasem está muerto y me temo que conoceremos otras noticias similares en las próximas semanas. Y es que lo de Irán es ya insostenible. ¿Deberemos confiar en el uranio enriquecido de grúas, dolor y muerte, para que la “Comunidad Internacional” se decida a intervenir y acabar con el régimen fascista-teocrático más flagrante de la Tierra?



LA CONCENTRACIÓN LGBT ANTE LA EMBAJADA DE IRÁN EN MADRID DEL 22 DE ENERO.
En un ejemplo de cómo se deben hacer las cosas para que no tengan ni la más mínima repercusión, salvo, eso sí, para la Policía Nacional, única institución que parece que se dio por enterada de la convocatoria, el pasado 22 de enero se reunieron unas decenas de personas ante la Embajada de Irán en Madrid para decir basta a ejecuciones como la de Ghasem, para decir basta a los juicios a personas por su homosexualidad sin garantías, para apoyar a Nemat y a los demás. Lástima que tan pocos que somos no estemos mejor coordinados… En todo caso, cualquier iniciativa es siempre bienvenida, si bien en este caso se ha demostrado que muchos muy bien intencionados han querido decir la suya independientemente de otros que decían lo mismo. La conclusión es la suma de un centenar de migajas. El personal de la Embajada Iraní puede descansar tranquilo:



EL MUNDO LGBT ES UNA ENSALADA...
Las noticias LGBT titilan allí, lejanas a mi realidad siempre dominada por el estrés y una rutina que me sobrepasa y me agobia. Ghasem e Irán, Nemat y su paradero, la legislación fascista de Uganda, la Presidenta de Costa Rica que se opone a los derechos LGBT, Portugal y los matrimonios-light del mismo sexo (sin adopción, es decir, de segunda categoría), Kenia y la homofobia creciente, New Hampshire y la lucha por mantener el matrimonio del mismo sexo, ¡la elección del Mr. Gay World! o la SÍ/NO-mención velada-mistérica-quizá insinuación-quizá simple intención de Zapatero a su apoyo al matrimonio del mismo sexo ante el Foro Económico-religioso-político y homófobo del Día de la Oración en EEUU, algo de lo más pintoresco teniendo en cuenta la circunstancia que los organizadores de dicho Foro apoyan económicamente a las autoridades religiosas de Uganda en su campaña por una legislación anti-LGBT. Casi nada. Y a todo esto, ¿qué hacía Zapatero en ese lugar? ¿Y Obama? ¿No es para volverse loco? Altas dosis de “normalidad” (vulgaridad, frivolidad) contra el mero instinto de supervivencia, el certamen de Mr. Gay contra el terror de una lesbiana en Uganda, el matrimonio de Marc Jacobs frente a los 8 homosexuales iranís pendientes de la horca, el mundo A, contra el mundo B ¿o mejor diríamos el Mundo H? Desde luego, una auténtica ensalada llena de los más variopintos contrastes.



MI MUNDO Y FRIEDRICH.
En estos días de soledad autoimpuesta, de carrera contra el reloj, ese juez inexorable y maldito, que gobierna mi día a día, al menos sí he podido disfrutar de una cosa: de la obra de Caspar David Friedich. Friedrich fue un pintor sajón del XIX, reservado, solitario y habitante de un mundo privado creado por él mismo y pintado magistralmente. Su arte es el de una pintura de pura idea que en parte desprecia la técnica para centrarse en la sutileza visual, en una extraña e intensa polaridad que juega entre la proximidad y la distancia, y todo ello sazonado de una simbología que a mis ojos resulta cristalina. Friedrich quizá era un lunático, o quizá vivió tanto en su mundo que la realidad de la que inicialmente sólo se refugiaba, terminó alejándose hasta carecer de sentido para él. La realidad. La realidad la forman las cosas tangibles: los amigos, los sobrinos, el trabajo (bien escaso y complicado donde los haya), el esperado viaje a Roma con mis padres en un mes, la máquina corta-pelos que se rompe, la severa dieta de mis gatos, el Caffè di Aversa, los amigos y conocidos que se esconden tras mis 10 ó 12 blog favoritos, el sueño anual de nuestras vacaciones creadas a medida, la luz del Sol (tan caro de ver) y la puta carrera que debe ser finalizada para pasar página y disipar las nubes que contempla Friedrich y que tras él, "lontano", contemplo yo. Las mismas nubes que transmiten esa infinita "saudade" y que a ambos nos impiden ver el camino.