Una sospechosa de homofobia presidirá el Parlament de Catalunya

Así es. Núria de Gispert, ultracatólica de Unió, de sutil pero combativa homofobia y vieja conocida del movimiento LGBT catalán, será la nueva Presidenta del Parlament de Catalunya en sustitución de Ernest Benach de ERC con quien casualmente tuve la oportunidad de cruzar cuatro palabras el pasado martes mientras esperábamos que nos envolvieran unos libros en la Casa del Llibre. Un tipo muy agradable que por cierto pasó completamente desapercibido entre el gentío que había en la tienda. La verdad, no me extrañaría que yo fuera el único que se percató. Gajes de su oficio.

En fin, anécdotas a parte, aquí tenemos el gran cambio de Convergència i Unió, ese por el que la mayoría de los catalanes ha apostado: Regreso al pasado II. Rememorando un poco: la que fuera Consellera de Justícia con Pujol, miembro honorable de Unió, el partido ultraderechista de la coalición, es la misma contra la que se movilizaron una y otra vez todos los grupos LGBT, partidos de izquierda, sindicatos y asociaciones de derechos, para que permitiera una Ley de Parejas de Hecho para Catalunya ampliada a las parejas del mismo sexo. Fue un hueso duro de roer, aún recuerdo cierta entrevista que le hicieron en TV3 y como se le torcía el gesto al hablar de “esa suerte de parejas de dos señores o dos señoras”. Pese a su oposición y la de su partido, Unió, el 15 de julio de 1998 se logró promulgar la Ley de Parejas con el consenso de las fuerzas de izquierdas, PSC, IC y ERC, en un acuerdo de mínimos con CiU. Parece un cuento del abuelo, más ahora que tenemos una Ley de matrimonio, pero esto pasaba hace sólo 12 años. Eran tiempos difíciles para los gays y lesbianas. Alguno recordará como un concejal del PP de Sitges se dedicaba a hacer un registro de personas homosexuales en esa ciudad, con la aquiescencia de muchos de sus vecinos; o cuando alcaldes de CiU, como el de Palamós, asociaban homosexualidad a delito. Por aquel entonces, de Gispert, Consellera de Justícia de la Generalitat, era una de las cabezas visibles del ala ultraderechista católica catalana, concentrada en Unió esa suerte de partido ultrarepresentado que consideraba (y sigue considerando) que las parejas del mismo sexo eran (son) a lo sumo concubinatos y como tales no eran en ningún caso equiparables a la familia, compuesta ésta de hombre y mujer. Esta opinión de Raimon Escudé, diputado por aquel entonces de Unió aunque más tarde se reformase y pasara a ERC (un particular viaje el suyo, a lo Piqué, pero a la inversa), fue ratificada en la citada entrevista en TV3 por de Gispert.

Manifestación de la CGL y Sin Vergüenza pro Ley de Parejas de Hecho y contra la homofobia, 1998. Por cierto, yo salgo en la foto pero en esta no se me ve muy bien

En resumen, si queréis ver algunos destellos del pensamiento, de lo más reaccionario, de Núria de Gispert, basta con que entréis en este enlace donde plasma sus opiniones acerca de la última reforma del Código Civil Catalán aprobada por el Tripartit, con apoyo de CDC, en julio 2010. Para muestra un botón:

PREGUNTA: En concreto, ¿cómo afecta esta nueva norma a la concepción de familia tradicional y cómo valora esa nueva calificación de ‘progenitores’ sustituyendo a la de ‘padres’?

NÚRIA DE GISPERT RESPONDE: Afecta en el sentido de que la ley intenta trasladar la idea de que la familia y su concepción clásica ha cambiado, que se han de regular todos los tipos de familia: tradicional (padres, madres e hijos); la pareja estable con o sin hijos; la monoparental; la formada por personas del mismo sexo; la reconstituida (segundas y terceras parejas con hijos comunes y no comunes), etc. Significa que para la ley todos los tipos de familia son iguales; por tanto, igual regulación. Yo creo que no es así, que se han de regular las diferencias y respetarlas, pero no ponerlas en un mismo saco. Por otra parte, el hecho de cambiar el concepto de padre o madre por progenitor se debe a las nuevas familias formadas por parejas homosexuales. Éste ha sido el motivo, cuestión que no comparto.

En fin ¿qué puedo decir? He aquí el gran cambio por el que han apostado tantos catalanes. CiU, una la revolución dirigida por Núria de Gispert, Duran i Lleida y Artur Mas, todos ellos gobernaron con Pujol, o lo que es lo mismo, son aquellos de los que todo el mundo estaba harto hace 7 años. Su programa, el de siempre: conservadurismo social, autonomismo desfasado, nepotismo, 3%, nacionalismo casposo del de antes o del de doy apoyo a la ultraderecha castellana a cambio de un par de competencias en casinos o costas, Caso Palau, degradación de la Nacionalidad Catalana a la categoría de pedigüeños, etc. ¿Se darán cuenta estas viejas momias que después del Tripartit esa política ya no será posible y que Catalunya ha cambiado? ¿O bien la reactualizarán?

Por cierto, no puedo dejar de preguntarme si CiU no debería hacer efectivo su programa y aplicar sus puntos de condena a la homofobia en este caso, retirando a esta persona de la Presidència del Parlament, un puesto de la máxima relevancia, o incluso de sus filas.

Tríptico de la CGL contra Núria de Gispert, 1998.

Respecto al Tripartit, ese gobierno denostado por todos, y sorprendentemente los primeros en hacerlo fueron ellos mismos (en especial esa mente privilegiada de Montilla que lo finiquitó a la en la campaña electoral diciendo que jamás volvería a gobernar con esa fórmula... en fin, pobre hombre, en el sentido figurado claro, porque ahora es rico y le espera una pensión vitalicia que ya la quisiéramos muchos); pues del Tripartit la cosa es que pocos se van a acordar de su legado que por cierto ha sido notable. Por ejemplo, estos miles que practicaron “un voto catalanista” apoyando a CiU, tal vez no recuerden que en estos 7 años se ha conseguido que la Nació Catalana sea un concepto que al menos se ha discutido en toda España, incluso en Europa y que gracias al Tripartit el sentimiento independentista se ha generalizado y lo comparten un 46% de catalanes, muchos de ellos no nacionalistas, sentimiento que dicho sea de paso, en época de Pujol no compartían ni el 25% de los catalanes y que además estaba criminalizado. Pero también hay otros éxitos sociales, muchos, que han convertido a Catalunya en la primera autonomía en políticas sociales y derechos. Éxitos que se deben a ese gobierno de las broncas y los guirigáis. Todo esto ahora ya se acabó. La economía, la crisis y la mala prensa se lo llevaron.

No puedo culpar totalmente (aunque me apetezca y mucho) de miopía histórica y de falta de vista a miles de progresistas catalanes que han confiado en que volver atrás 10 años, con CiU, sea la solución idónea para este país. Pensándolo bien, ya son mayorcitos para equivocarse y corregirse ellos mismos, si es que quieren hacerlo. Lo suficiente, al menos, como para haberse dejado engañar por un poco de maquillaje, marketing político y algunas palabras vacías pronunciadas por la misma gente de CiU que apoyó a Aznar, pero con algunos años más encima. Todos estos votantes, responsables con el país y responsables con sus propias ideas a la hora de ejercer su solemne acto de voto, tienen también una edad como para no acordarse de lo que había aquí antes, hace unos 10 ó 15 años, y de cómo ha cambiado este país. Si además encima son gays o lesbianas y tienen más de 30 años, entonces su voto a CiU es como para hacérselo mirar detenidamente. ¿Pensaban acaso que CiU era un partido moderno? Pues que tomen dos tazas de caspa. De hecho, ahí tenemos a la primera facha que nos sirven en bandeja de plata. Y esto es sólo el aperitivo. Esperad a los postres cuando Mas pacte con Rajoy dentro de un par de años como han hecho esta mañana con los sillones de la Mesa del Parlament. Al menos confío en que en esta ocasión CiU no vuelva a su habitual apropiación de símbolos comunes, tal y como tan a menudo hacía Pujol, aquello de que Catalunya és una Nació amb una llengua, un partit (CiU) i un equip de futbol (el Barça). Eso ya sí que sería insoportable por antiguo y casposo. No, señores de CiU y votantes propios y añadidos, Catalunya ya ha superado esa estúpida fase, o al menos eso espero...

Por lo demás, la culpa real de lo que ha pasado, y del sapo que nos vamos a tener que tragar ahora, es del Tripartit. Son ellos, los mismos políticos que gestionan millones de euros y que se han demostrado incapaces del simple hecho de comunicar, los culpables. Es más, me atrevería a decir que entre los culpables destacan, sobre todo, los burócratas que gobiernan actualmente el PSC, los Montilla, Ferran, Corbacho, Bustos, Nadal y compañía, que creyeron que la solución que valía para su partido, la de ser dirigidos por hombres grises de poco talante (dejo sin especificar el tipo de talante), era válida para una sociedad tan compleja y diversa como ésta. Su actitud, sectarismo y alejamiento de la realidad, han hecho trizas las ilusiones de un montón de gente de izquierdas y ahora nos tocará pagarlo a los de a pie. Desde luego, son responsables de ello y se lo van a seguir haciendo pagar en marzo, en las municipales, pero para desgracia de todos, no nos equivoquemos. Por ejemplo, para desgracia de los que vivimos en esta ciudad nuestra de Barcelona que veremos cómo nos va a gobernar por primera vez una coalición de derechas. La verdad es que en el PSC se lo merecen (ya veis que de ERC no digo nada.) Ahora bien, el problema radica en que la burrocracia colectiva también se va a merecer otro gobierno de CiU y eso, bueno, veremos cómo nos va...

Como dice el dicho, el sentido común es el menos común de los sentidos.

Dedicado a mis amigos, familiares, compañeros de trabajo y curso a quienes quiero y aprecio...