
Los atentados homófobos sufridos por el público de locales y discotecas de ambiente gay-lesbiano-transexual, se han convertido en una constante demasiado habitual a lo largo de las últimas décadas. Los ataques van desde simples amenazas e intimidación, hasta palizas a la salida de un local, muy a menudo con graves secuelas físicas y psicológicas para las víctimas. Igualmente comunes son las agresiones dentro de los mismos locales, como el ataque homófobo que se perpetró en el local Strong de Madrid en 2004. Sin embargo, la escala de violencia no se detiene aquí, sino que asciende hasta aquellas agresiones con resultado de muerte, tan habituales en Perú, México o Brasil, por poner sólo algunos ejemplos.
Menos constantes, pero regulares en el tiempo, son los atentados con bombas contra locales de ambiente como el Divine. Tanto es así, que la serie Queer as Folk (Estados_Unidos) en su 5ª temporada (2005), se hizo eco de este problema, cuando la discoteca emblema de la serie, la Babylon, en pleno acto político contra la Propuesta 14, sufre un atentado con bomba incendiaria, dejando 4 víctimas mortales, entre ellas un protagonista secundario, y 67 heridos, incluyendo Cyndi Lauper que hacía un cameo en ese capítulo, y Michael, uno de los protagonistas principales. Ver vídeo:


LA PERSECUCIÓN CONTRA LOS LOCALES DE GAYS, LESBIANAS Y TRANSEXUALES DESDE 2008 EN ITALIA: QUBE, COMING OUT, COLOSSEUM BAR Y UN LARGO ETCÉTERA.

La Via San Giovanni, “Gay Street”, viene siendo objeto de ataques homófobos desde hace tiempo. En febrero de 2008, el Coming Out, el bar gay que junto con el Colosseum Bar, todo el que ha ido a Roma ha visto, dada su ubicación, y que es uno de los pocos bares de la capital italiana que se atreve a lucir la bandera del arco iris (además de ser el único bar LGBT que no te pide el carnet del Arcigay para entrar, aunque de esto ya hablaré en otra ocasión), fue quemado con otra bomba incendiaria. También en mayo 2009, pocas horas después de haberse celebrado el Día Mundial contra la Homofobia, la Via San Giovanni amaneció “adornada” con pintadas homófobas.

Esto puede llevarnos a pensar que estos actos son fruto de grupos organizados con una estrategia bien definida. También, se podría afirmar, sin exagerar, que toda Italia vive inmersa en una oleada de graves incidentes homófobos, ataques que despegan en 2008 con la llegada al poder del nuevo gobierno Berlusconi y el endurecimiento de las proclamas antigays de la Iglesia Católica que han dado alas a los grupos neonazis y ultraderechistas. Esta pasada noche la Arcigay y la Gaynet (Associazione giornalisti gay) han manifestado su preocupación por la violencia creciente, pidiendo al gobierno que declare la emergenza. Franco Grillini, portavoz de la segunda, ha manifestado que éste “es un gesto terrorista (…) Llega después de una larga serie de actos de agresión y confirma lo que hace tiempo que venimos afirmando: se trata de una verdadera agresión de cuño político a la comunidad LGTB italiana a cargo de fanáticos y de grupos neonazis que se sienten más o menos legitimados por la victoria de la derecha en las últimas elecciones generales”.

Esto es todo, de momento. Ayer, cuando casi dejé terminado este artículo, quería decir que con el ataque al Qube acababa esta crónica sobre las agresiones de odio homofóbico contra el ocio LGBT. No ha podido ser. Hoy hemos amanecido con el Colosseum Bar. Mañana, tal vez sea una agresión a una pareja de chicas que vayan cogidas de la mano en Londres, o quizá una paliza en la puerta de un bar gay en México DF. Quizá a estas horas ya se hayan vivido nuevas agresiones en cualquier parte del mundo, pero la mayoría no trascenderán, ya sea por miedo, o incluso por vergüenza. A eso hemos de añadir la homofobia de Estado, esa vieja perra que permanece anclada en 79 países del globo y que es alimentada por el odio de un gran número de religiones. No, definitivamente el mundo no es un lugar óptimo para las personas LGBT.
Dejo un ESPACIO EN BLANCO, a continuación, a modo de epílogo por todo lo que éstá por venir y que espero poder seguir denunciando.