La antigua aljama o judería barcelonesa recibe en catalán el nombre de Call, una palabra de origen latino que significa callejuela, y que es similar a la que se usa en hebreo para designar a la comunidad de creyentes (kahal). El antiguo Call Jueu de Barcelona era un barrio delimitado por las actuales calles de Banys Nous, Sant Sever, Bisbe y Call. A mediados del S. XIII, a causa del crecimiento secular de la comunidad, que además recibió el aporte de 60 familias francesas, el recinto fue ampliado. Para ello se derribaron parte de las murallas. De esta ampliación nació el nuevo Call Menor o Call d’en Sanauja que se ubicaba en torno a la actual iglesia de Sant Jaume en la calle Ferran y a él se accedía a través de las calles de la Volta del Remei y de l’Arc de Santa Eulàlia (ver mapa).
La judería barcelonesa fue especialmente activa en la época altomedieval, durante los siglos XII y XIII, cuando muchos judíos prosperaron gracias a la artesanía, el comercio y la colaboración, tanto económica como funcionarial, con la monarquía catalano-aragonesa; por aquel entonces, la comunidad judía de Barcelona se encontraba bajo la protección de la Corona que, a su vez, recibía de la comunidad importantes aportaciones económicas.
En esta época, el Call quedaba ubicado al sur de la ciudad, en torno al Castell Nou. Antes de la ampliación, sus límites coincidían con la muralla pero debe matizarse, sin embargo, que la judería no era exactamente un recinto cerrado. Dentro de sus límites se localizaban hasta 5 templos entre los que destacaba la sinagoga mayor que era el punto oficial de reunión de la comunidad y al mismo tiempo era también escuela y centro asistencial. Asimismo, en la judería también se encontraba: una carnicería (situada en la calle del mismo nombre, hoy de Sant Doménec), un horno de pan, una taberna, una pescadería (en la actual calle de la Fruita), baños (o mikves) para hombres y mujeres, una fuente de abastecimiento (situada en la calle del mismo nombre, hoy Sant Honorat) y el castillo, palacete que solía pertenecer al alcalde-regidor del Call. Por último, la comunidad judía barcelonesa disponía de un cementerio propio, alejado de la ciudad, que dio nombre a Montjuïc.
El espíritu luchador de muchos judíos, sumado a su elevado nivel cultural, permitió a la comunidad prosperar (en la foto pieza de cerámica procedente del Call en el Centre d'interpretació del Call), cosa que revirtió en el desarrollo de la ciudad y en beneficios para la Corona. Por otro lado, durante largos periodos la convivencia con los cristianos no siempre fue mala. Por ejemplo, en los baños de la ciudad tenían sus turnos judíos y cristianos. Incluso las mujeres del Call eran buenas cociendo hierbas curativas y atendiendo partos de cristianas. Sin embargo, todo esto acabó en 1391, durante el ataque (o avalot) que sufrió el Call, en el que fueron asesinados unos 200 judíos en el Castell Nou o por las calles. Desde entonces, y hasta la definitiva expulsión de los judíos ejecutada por los Reyes Católicos en 1492, la comunidad judía barcelonesa ya nunca se repuso y la convivencia entre judíos y cristianos fue en declive.
DE RUTA POR EL CALL JUEU DE BARCELONA (fotografías ampliables haciendo doble click)
El pequeño enclave en que se encontraba el antiguo Call Jueu de Barcelona es hoy por hoy un grupo de callejuelas estrechas y oscuras del Barri Gòtic de Barcelona que cuentan con mucho encanto. De los 5 templos de culto hebreo que existieron, hoy en día sólo se conserva uno: la sinagoga mayor (calle Marlet, 5) (ver foto) que es nuestro punto de partida. La sinagoga fue redescubierta en 1995, tras unos trabajos de investigación. Tras varios siglos de reformas (en el S. XVII se levantaron 4 pisos más sobre la estructura original) y cambios de actividad (desde tintorería hasta depósito de materiales eléctricos) queda muy poco de lo que fuera el antiguo templo hebraico. A pesar de todo, se conservan algunas salas de lo que antaño fuera un gran edificio con jardín y secciones separadas para hombres y mujeres (ver foto del plano). La fachada principal se orientaba hacia el sureste (en dirección a Jerusalén) y actualmente podemos detectar desde la calle Marlet, los restos de lo que fueran los dos grandes ventanales (ver foto de más arriba). Excavaciones realizadas en el interior han puesto de manifiesto que los cimientos del edificio son de época romana (época de Caracalla) y datan, aproximadamente, del siglo II. Estos fundamentos en opus africanum (un tipo de ejecución del muro) son visibles a través de un cristal. El recinto, se puede visitar de lunes a viernes 10,30h a 19h y los fines de semana hasta las 15h.
Justo delante de la Sinagoga podemos admirar una casa gótica del siglo XIV (ver foto), en cuya fachada se reaprovecharon elementos románicos, seguramente procedentes de antiguas casas del Call. Se trata de uno de los edificios de viviendas más antiguos de la ciudad que subsisten hoy en día. A unos metros más allá, en la misma calle Marlet, y en dirección a la calle de l'Arc de Sant Ramon, existe una pequeña placa escrita en hebreo que data del siglo XIII. La inscripción rinde tributo al rabino Samuel Ha-Sardí (ver foto abajo). Parece ser que esta placa fue reaprovechada para la construcción y redescubierta en 1820, momento en que fue fijada en la fachada de este edificio.
Llegados a la calle de l’Arc de Sant Ramon, encontramos el Centre d’Interpretació del Call (Arc de Sant Ramon 8) (ver foto), que abrió sus puertas en febrero de 2008 y que se ubica en el interior de la llamada Casa de l’Alquimista, un edificio del S. XIV donde vivió Jucef Bonhiac, tejedor de velos judío según consta en un antiguo documento. En su interior se ofrece desde información relativa al Call (monumentos existentes, visitas guiadas), actividades, así como una exhibición permanente de una colección de cerámicas extraída por los arqueólogos del subsuelo del antiguo Call. También en la entrada pueden verse dos lápidas del S. XII que proceden de tumbas del cementerio hebreo de Montjuïc.
Si se retoma la calle de l’Arc de Sant Ramon se sale a la calle del Call. En la esquina, insertado en la fachada de un edificio del S. XV, se puede apreciar restos de un arco que perteneció al antiguo Castell Nou (castillo nuevo) (ver foto), donde la comunidad judía se refugiara en momentos difíciles para protegerse de sus vecinos cristianos. Siguiendo la calle hacia Banys Nous, en la siguiente esquina, hay una tienda en cuyo interior se puede apreciar los restos de la antigua muralla romano-condal; esto nos recuerda que en tiempos, este barrio estuvo delimitado por la muralla hasta su apertura en el S. XIII.
Más allá, tomando la calle de la Boqueria, se alcanzan las calles de la Volta del Remei y de l’Arc de Santa Eulàlia, calles por donde antiguamente se accedía al antiguo Call Menor. Si se afina mucho la vista, todavía hoy se pueden encontrar algunos grabados hebreos (que yo todavía no he visto), y en algunas porterías los orificios donde antaño se clavaban los mezuzá (ver foto de un Mezuzá en Jerusalén) con una plegaria enrollada en su interior. Estos vestigios son las únicas huellas visibles del pasado judío en lo que fuera la judería menor. De hecho, ningún rastro atestigua que la Iglesia de Sant Jaume (ver foto) en la calle Ferran (entonces Plaza de la Trinitat), se edificó sobre lo que en otro tiempo fuera una de las 5 antiguas sinagogas de la ciudad.
Volviendo sobre nuestros pasos, y tomando la calle de Banys Nous, alcanzamos la tienda de muebles S'Oliver (Banys Nous, 10). Entrando en ella, al fondo y a mano derecha, podemos admirar lo que queda de los antiguos mikves (o baños rituales judíos) para hombres (ver fotos abajo). Se trata de una serie de estructuras, pilares y arcos de ladrillo que datan del siglo XIII, y que se encuentran en buen estado de conservación.
Por su parte, las mujeres de la judería barcelonesa debían desplazarse algo más arriba para practicar sus baños. Los mikves femeninos (ver fotos abajo) se situaban en los límites del Call (Banys Nous con calle de la Palla) justo donde ahora se encuentra la cafetería Caelum. Para poder observar los antiguos mikves, sostenidos por espectaculares arcadas del siglo XIII, se debe ir por la tarde, ya que es cuando suelen abrir la sala inferior.
Entre pastelitos de conventos y una bebida caliente, concluye la ruta que os he propuesto a través de las calles del antiguo Call Jueu de Barcelona. Espero que hayáis disfrutado.
Sitios para más información: Asociación del Call de Barcelona; Red de Juderias de España