Las 10 ó 25 mejores ciudades para gays, lesbianas y transexuales y algo más…

Las vacaciones ya están aquí y se me ha ocurrido recuperar este artículo del diario británico The Independent que leí en septiembre de 2008. El artículo hace un somero repaso por las 10 ciudades más tolerantes con gays, lesbianas y transexuales, no por su gran cantidad de locales de ocio de ambiente LGBT (aunque esto también sume), sino por contar con numerosos recursos, buenos índices de tolerancia y convivencia vecinal, políticas municipales e integración de las personas LGBT en la vida política o laboral. Asimismo, también es relevante la existencia de un marco legal positivo en el país o estado donde se ubican.

El artículo de The Independent situó a San Francisco a la cabeza de la lista, con su barrio de Castro, donde según cita se encuentran las cuatro esquinas más gays del mundo, en la unión de las calles Castro y la 18. Como dato debo añadir que el artículo se escribió cuando en California estaba aún vigente el matrimonio del mismo sexo, hoy abolido. La lista prosigue por este orden: Sydney, Nueva York, Barcelona, Copenhague, París, Londres, Amsterdam, Berlín y la cierra Mikonos, en Grecia.

Estatuas conmemorativas del Orgullo LGBT en la plaza del Village de New York, el centro del barrio LGBT neoyorquino, donde hace 40 años se dieron los disturbios de Stonewall.

El artículo en sí no revela ninguna sorpresa, salvo por dos matices. En primer lugar, resulta curiosa la presencia de Mikonos en la lista, que si bien es un destino turístico LGBT reconocido, forma parte de Grecia, país que no se significa precisamente por las políticas pro-LGBT. El segundo matiz que quería apuntar es la presencia de Barcelona en el 4º puesto de la lista. A un gay y una lesbiana españoles quizá les sorprenda esta decisión, más aún si Madrid no está incluido. Quizá esto les ocurra más a quienes juzguen la vida LGBT a través del rasero de la marcha nocturna, ya que es sabido por todos que la marcha barcelonesa puede resultar algo anodina (en comparación con la de Madrid y visto desde una óptica personal). Pero, la diferencia entre Madrid y Barcelona quizá estribe en que en todos los demás factores, Barcelona sale claramente reforzada. Quizá porque la capital catalana sea la cuna del movimiento LGBT español, o porque desde el inicio de la democracia ha contado con un Ayuntamiento de izquierdas, o por la propia estructura social de la ciudad que además cuenta con la influencia constante de un turismo norte-europeo ya desde los años 80, o porque los lugares de ocio, servicios y asociaciones LGBT se extienden por toda la ciudad. Sea por lo que fuere, lo cierto es que Madrid no está en la lista, y eso me da qué pensar acerca de las diferencias entre los dos modelos, con diferencias notables entre sí, de los que me gustaría hablar en otra entrada…

De todas formas el estudio hubiera sido más completo si hubiesen llegado a las 25 ciudades, lo que permitiría confeccionar un mapa más apurado y hacer un seguimiento anual. Sin duda, a buen seguro que en un listado de 25 ciudades LGBT se incluirían: Estocolmo, Oslo, Colonia, Múnich y Reikiavik; y casi seguro añadiría: Hamburgo, Rotterdam, Bruselas, Toronto, Montreal, Melbourne, Tel Aviv, Madrid, Ibiza y Luxemburgo.

Estocolmo, una calle con las banderas del arco iris y un grupo de voluntario del Orgullo LGBT que allí suele celebrarse la primera semana de agosto.

Como veis, en la lista siguen sin aparecer ni ciudades latinoamericanas, ni asiáticas (salvo la europea Tel-Aviv), ni africanas, aunque es cierto que en el futuro tal vez entren nuevas, como las sudafricanas Durban o Ciudad del Cabo, o quizá Tokyo o Buenos Aires.

Del otro lado de la moneda, The Independent también nombró los países con menor tolerancia hacia las personas LGBT. (Aquí podéis ver una lista detallada). Me llama la atención que The Independent destaque el caso de Jamaica, una excolonia británica que no cuenta con ningún poso religioso relevante que explique la homofobia institucional, por lo que necesariamente hemos de buscar su causa en el mantenimiento de luna discriminatoria legislación colonial británica en esta materia.

Europa tampoco se queda al margen de la lista negra de la homofobia. Respecto a los derechos LGBT podemos distinguir 3 grupos de países donde los derechos LGBT se vulneran, o no se reconocen, creándose una suerte de dualidad social en el acceso a unos derechos legítimos, no sólo legales, sino en muchos casos sociales, laborales y políticos:

- Países donde se vulneran sistemáticamente los derechos LGBT aunque en puridad, la homosexualidad no sea ilegal: son los países de la CEI (Rusia, Belarús, Ucrania…), Macedonia, Montenegro y Albania. Baste simplemente recordar los episodios en Moscú con Eurovisión, o los problemas constantes para gays y lesbianas en Belarús con las dificultades para ejercer derechos de asociación y la constante discriminación social y laboral generalizada contra las personas LGBT.

- La UE del Este, donde pese a que la homosexualidad es legal y se cuenta con el marco anti-discriminatorio de las instituciones comunes, se están viviendo serios retrocesos en las libertades LGBT en países como Polonia, Rumanía o Lituania. Me permito recordar aquí (el deshonroso capítulo que se dio la semana pasada en Lituania, cuando su Parlamento promulgó una ley abiertamente homófoba.

- Por último, tenemos la UE de las sociedades conservadoras, representada por Italia, Irlanda, Grecia, Austria o Portugal, países en los que hay dificultades evidentes para lograr la igualdad de derechos entre la mayoría heterosexual y la minoría LGBT.

Detalle de las fiestas del Martes de Carnaval en Sydney, la mayor fiesta anual LGBT del mundo.

Así pues, si sois gays, lesbianas, bisexuales o transexuales y yo tuviera que recomendaros un lugar de vacaciones, os sugeriría que consultarais la Web de la ILGA antes de elegir destino, pues recordad que todavía hoy la homosexualidad es ilegal en 79 países. Luego está el tema de destinar o no vuestros ahorros a países donde se practica la homofobia de Estado, entre otras aberraciones. Allá vosotros. Yo, por mi parte, no creo en los boicots a todo un país, ya que no deja de ser algo contraproducente, pues ¿qué hubiera sido de la atrasada España franquista sin la influencia de los turistas europeos y las vivencias de los emigrantes?

En cualquier caso y como diría mi madre, vayáis donde vayáis, tened mucho cuidado que os quiero de vuelta.