El Vaticano rechaza la despenalización universal de la homosexualidad

Durante el pasado mes de mayo, el Gobierno de Francia, a través de su secretaría de Estado de Derechos Humanos, anunció la intención de llevar la propuesta de despenalización de la homosexualidad ante la ONU durante el tiempo en el que Francia ostentase la presidencia de la Unión Europea, es decir, hasta final de 2008. La propuesta está a punto de ser presentada en la ONU y cuenta con el aval de los 27 países de la UE.

¿Qué pretende esta propuesta? La despenalización mundial tiene por objeto que el hecho de ser homosexual no sea causa de muerte, cárcel o sanción de otro tipo en ningún Estado suscrito a los acuerdos de la ONU. Es decir, que ningún gobierno pueda perseguir a un hombre o mujer por su orientación sexual, acabándose así con políticas de Estado contrarias a los derechos humanos. Para entender lo que está en juego, vale la pena que se lea el informe anual de la ILGA* de mayo 2008 sobre la situación legal de la homosexualidad en el mundo. Según el cual:

A) En 7 países, las relaciones homosexuales no son ilegales como tales, pero tampoco completamente legales: Burkina Faso, Costa Rica, Rep. Dem. del Congo, Egipto, Indonesia, Iraq y Níger.

B) En 79 países más, las relaciones homosexuales son ilegales. Entre ellos destaca India, Marruecos, Trinidad y Tobago, Jamaica, Túnez, Guinea, Pakistán, Sri Lanka, Mauricio, Bangladesh o Pakistán (ver más abajo enlace para la lista completa). En estos países las penas van desde la prisión y tortura, hasta multas y otras sanciones.

C) En 7 países más, además de ser ilegal, los actos homosexuales y el ser homosexual (hombre o mujer) se castiga con la pena de muerte: Arabia Saudí, Emiratos Árabes, Irán, Mauritania, Sudán, Yemen y varias regiones de Nigeria.

Como puede verse más arriba, hay dos grupos de países implicados en legislaciones anti-homosexualidad: los países musulmanes confesionales y los países colonizados por Estados Europeos, en especial por Inglaterra, que aplicaron en sus legislaciones la cultura y los prejuicios de la Metrópoli; en su mayoría, países donde antes no existían prejuicios contra la homosexualidad: India, Sri Lanka, Tanzania o Guinea.

Y en este contexto, no podía faltar el Vaticano que, por boca de su observador permanente en la ONU, Monseñor Celestino Migliore, manifestó el miércoles 3 de diciembre su oposición a esta iniciativa europea para “no crear nuevas discriminaciones”. Según este obispo, que habla por boca de la Curia Vaticana, “el catecismo de la Iglesia Católica dice que, en lo que respecta a las personas homosexuales, se debe evitar cualquier muestra de injusta discriminación”; pero ante esta iniciativa, la cuestión es otra: "Aquí se trata no sólo de despenalizar la homosexualidad. Con una declaración de valor político, suscrita por un grupo de países, se pide a los estados y a los mecanismos internacionales de actuación y control de los derechos humanos que añadan nuevas categorías protegidas de la discriminación, sin tener en cuenta que, si se adoptan, éstas mismas crearán nuevas e implacables discriminaciones. Por ejemplo, los estados que no reconozcan la unión entre personas del mismo sexo como “matrimonio” serán puestos en la picota y objeto de presiones”. Al día siguiente tras el aluvión de críticas, esta postura fue ratificada y clarificada aún más, si cabe, por Federico Lombardi, portavoz de la Santa Sede.

La posición del Vaticano no es nueva, ni tampoco nos sorprende. La homofobia de la Iglesia es clara hace ya bastante tiempo. Pero lo que más indigna es que nos mareen con insinuaciones y distorsiones de la realidad, que sólo sirven para disimular lo que realmente piensan: que el pecado debe ser condenado como crimen. Atrás quedó la Teología de la Liberación contraria a este integrismo conservador. Y atrás queda la esencia cristiana y el mensaje de Jesús, algo que queda supeditado, una vez más, a la política teocrática universalista del Estado Vaticano que no renuncia a ser cabeza moral de los estados europeos y americanos, tratando de imponer sus dogmas, como si del siglo XVI se tratara.

Obviamente, las manifestaciones de grupos de gays y lesbianas italianos no se han hecho esperar en Piazza San Pietro, culminando en la sentada multitudinaria del pasado 6 de diciembre. Y también es lógico que cada vez seamos más los que, pese a nuestra educación católica, deseemos apostatar**. Y es que, a nadie debe extrañar que la Ecclesiafobia (más apropiado que el término "cristofobia" que utiliza la Conferencia Episcopal) avance a pasos agigantados por España, con el consiguiente y paulatino abandono de las parroquias; pues, lógicamente, a nadie le gusta pasar una hora de su domingo oyendo un mensaje de odio visceral maquillado de victimismo. Eso ya se escuchó en los años 30, y los hijos de los hijos de quienes lo sufrieron, ni podemos, ni debemos olvidarlo.

*Para descargarte el mapa de la ILGA y el informe de 2008 sobre la situación en el mundo de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales entra en: ILGA

**Para apostatar y abandonar la actual familia católica dirigida por Ratzinger, y antes de él, por Carol: CÓMO APOSTATAR

2 Comentarios:

9 de diciembre de 2008, 13:34 Anónimo dijo...

Y después de leer este artículo, quiero decir que, debido a mi educación católica (como la mayoría de la gente de mi edad), sigo creyendo, pero hay una película que refleja perfectamente mi ideología, por decirlo así: STIGMATA. En ella aparecen dos frases con un mensaje contundente:
- Il messaggero non è importante...
- Me encontraras en una madera, debajo de una piedra, solo buscame.

Así pues, lo único que me queda por decir es que creo, sí, pero CREO en el HOMBRE, sea de la condición que sea, y aprovecho para citar un trozo de una canción:
"ni limites, ni fronteras,
ni raza, ni condición..."

Y no puedo irme sin decir:

A tus pies, amigo mío.
Una vez más, has conseguido que deje todo lo que estoy haciendo para leer tu artículo, y sentir la necesidad de escribirte algo. Un beso.

14 de diciembre de 2008, 12:24 Anónimo dijo...

Santi, tu último artículo es indignante!!! pero cuanto desproposito en tan poco espacio. No es serio, en absoluto, escuchar a personas cuyo máxima fuente legal para sostener sus opiniones sea el catecismo (aunque además haya que aguantar que lo alegan en la defensa de millares de personas) ES INTOLERABLE. Recordarte que el propio catecismo incluye LOS DIEZ MANDAMIENTOS CRISTIANOS (que no de la Iglesia Católica, bien distintos) entre los que está el famoso NO MATARÁS: y esta es la cuestión en debate; la postura penal de muchos estados que criminalizan al grado máximo el hecho de ser homosexual, pasándose por el forro el mencionado mandamiento. Pero además es un insulto, y grave, mezclar cuestiones de carácter puramente ético, y sus derivaciones penales, con meros derechos civiles (que ojala fuesen también de mayor alcance). No cabe duda que cada estado y sus pueblos deberan defender estos últimos, y espero que en la mejor de las maneras, pero es algo supraestatal parar la brutalidad que supone la postura criminal de algunos estados. ANTE ESTAS REACCIONES MEDIDAS POPULISTAS: por favor leer LA VIDA SEXUAL DEL CLERO de Pepe Rodríguez y entendereís un poco más (no sólo) sobre las costumbres privadas del clero y de sus auténticos intereses económicos opiniendose a la homosexualidad y otras cuestiones (como la secularación del clero, etc...)