Una Catalunya antitaurina puede ser posible esta semana

Mañana se inicia el Pleno del Parlament de Catalunya donde se someterá a votación la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que hemos apoyado más de 300.000 ciudadanos catalanes (180.000 apoyamos la ILP y 127.500 firmas más se entregaron esta mañana en el Parlament) para intentar que, de una vez por todas, se erradique la fiesta taurina de la geografía catalana. Si la iniciativa prospera, se votará este viernes 17, Catalunya podría verse libre al fin de corridas de toros. Si por el contrario el pleno la rechazara, se mantendría la Ley de Protecció dels Animals tal y como está, con la infame excepción en su artículo sexto que pese a que prohíbe “el uso de animales en peleas, espectáculos y otras actividades si éstas pueden causar sufrimiento o ser objeto de burlas o tratamiento anti-natura a los animales, o bien puedan herir la sensibilidad de las personas que los contemplan”, mantiene la festa dels braus (la fiesta de los toros) excluida de las prohibiciones y sanciones en aquellos lugares donde ya existen plazas de toros previamente construidas.

En este Pleno parlamentario existe además una tercera posibilidad: la de que se acepte la enmienda presentada por el Grup Parlamentari del PSC que pretende retornar la ILP a la Comissió de Medi Ambient, donde se sometería a nuevos trámites, a la concurrencia de expertos de uno y otro bando, etc. para, tal vez, someterse a un futuro pleno parlamentario la próxima primavera. Es decir, una enmienda destinada a aparcar el tema indefinidamente o a acabar creando un problema enconado del que la derecha pueda sacar réditos.

Sea como fuere, la verdad es que hoy estamos ilusionados , esperanzados, porque esta vez sí existe una posibilidad real de que el Parlament de Catalunya apruebe la enmienda a la Ley de Protecció dels Animals. Sabemos que ERC e IC-EU votarán a favor de la ILP. Por su parte, la mayoría de la derechona catalana, PP y Ciutadans, votará a favor de mantener los Toros.

La clave pasa por CiU y PSC. Ambos partidos han dado libertad de voto en sus filas aunque como ya he dicho más arriba, el segundo presente una enmienda de retorno. Y es que el tema suscita problemas en el seno de ambas formaciones, al haber posiciones encontradas entre sus diputados. En el fondo subyacen las presiones mediáticas, económicas (del sector), electorales, pero también de conciencia catalanista y/o progresista de los respectivos diputados.

Respecto al PSC, me preocupan las contradicciones que les ha llevado a la presentación de la enmienda y a la petición del voto secreto en la sesión de mañana. Es por ello que muchos, entre los que me encuentro, hemos dirigido cartas al grup parlamentari socialista, así como e-mails a algunos diputados concretos, para pedir que apoyen la ILP. Ahora les toca a ellos, en tanto que representantes nuestros, de los ciudadanos de su país, y no de los ciudadanos de otras comunidades, el tomar una decisión justa y digna, con un fuerte respaldo popular, y poner fin a esta rémora en forma de excepción que nunca debió haberse mantenido en una Ley que cuando se aprobó, se nos vendió como la más moderna y ejemplar de Europa en la protección de los animales y una vez más se quedó en “casi”.

Así pues, es preciso que en esta legislatura se concluya una LEY JUSTA para los animales, que sea ajena a los intereses particulares de un sector que en Catalunya no deja de ser francamente minoritario. Del mismo modo, es preciso que la votación de esta semana supere la histeria perpetua y colectiva de los analistas electorales de la calle Nicaragua, obsesionados como están con la hipotética pérdida de voto en el caso que prospere esta enmienda; mientras carecen de recetas para vacunar a la sociedad catalana del desencanto generalizado.

Por eso, pido a los diputats y a la dirección del PSC que demuestren valentía, dignidad y sentido común, algo que es lo mínimo que puede pedírsele a un partido que es cabeza del gobierno de un país como Catalunya y que a su vez, clama por su independencia respecto al PSOE. Es hora de que demuestren que esta independencia va más allá de los estatutos internos; y si la enmienda anti-taurina que se apruebe en Catalunya perjudica los intereses de Zapatero, mala suerte. Que intenten compensarlo por otro lado, quizá practicando políticas más activas en materia LGBT que consigan animar un poco al “voto rosa” y que subsanen las posibles fugas de 4 nostálgicas y resentidas del toreo.

¿Qué sentido tiene que se hagan leyes dónde imperen las excepcionalidades y las puertas de atrás para así podérselas saltar, o en este caso, torear? ¿Por qué cuando se aprueba una ley, sea ésta o sea la del tabaco, por poner sólo un ejemplo, no se llega nunca hasta el final tal y como se hace en el resto de países? ¿Tanto cuesta hacer las cosas bien en este país?

PD. La Comunidad Autónoma de Canarias y ciudades como Oviedo no celebran ya corridas de toros. En Catalunya 70 municipios se han declarado contrarios a las corridas de toros, entre ellos, Barcelona, donde a pesar de todo, José Tomás sigue cortando rabos y orejas. Son las contradicciones de ésta mi amada ciudad, a veces insufrible.