Against Nature? La homosexualidad en los animales

C’è una versione italiana di questo articolo molto personale ed il primo che ho scritto su questo weblog il giorno 21 dicembre 2008: Coppie veneziane

Against Nature? es una exposición sobre el difundido fenómeno de la homosexualidad en el mundo animal. Presentada en el contexto del Festival della Scienza que anualmente se celebra en Génova (Italia), y que en este año ha tenido como lema la diversidad, la muestra podrá verse hasta el 7 de enero de 2009 en el Museo Civico di Storia Naturale Giacomo Doria. Against Nature? es tan sólo una pequeña parte de todo el trabajo llevado a cabo por un equipo de científicos del Museo de Historia Natural de Oslo (Noruega) que a lo largo de años de análisis, estudios y recopilación de pruebas vídeo-fotográficas, han documentado con éxito las relaciones sexuales y afectivas entre individuos del mismo sexo en almenos 1500 especies animales.


Tanto la exposición, como los trabajos científicos que la sustentan, documentan que lejos de ser algo puntual, la homosexualidad es frecuente en la naturaleza animal, manifestándose en porcentajes similares a los de la población humana, es decir, una frecuencia de entre un 8% y un 10%. Asimismo, abarca a todo tipo de especies y géneros: desde insectos hasta aves; desde ovejas y carneros hasta leones; desde los grandes simios como el chimpancé, hasta cetáceos como el delfín mular. Igualmente, las relaciones homosexuales pueden ser esporádicas, habituales, exclusivas o bien, ser de por vida, como el caso de los cisnes (hembras) de la fotografía.

Se trata de relaciones muy alejadas de las estrictamente catalogadas como “necesidad reproductiva de la especie”. Significativo es, asimismo, que animales superiores como chimpancés o delfines practiquen relaciones sexuales igualmente habituales (entre individuos del mismo sexo o de ambos sexos) cuya finalidad sea la búsqueda del placer o el fortalecimiento de vínculos sociales-afectivos dentro del grupo.

Todos estos planteamientos pueden resultar novedosos, y hasta abrumadores, para cualquiera que los lea por primera vez. Sin embargo, las relaciones homosexuales en el mundo animal son tan “naturales” como puede ser cualquier otro comportamiento sexual más extendido. Así pues, cabe preguntarse: ¿si la actividad homosexual en los animales es tan común por qué, sin embargo, nos sorprende y la vemos como algo cuanto menos curioso y difícil de creer?

La respuesta es más obvia de lo que imaginamos y nos remite a la homofobia congénita en nuestra sociedad. La homofobia es como la fuerza de Star Wars que no se ve, pero existe y puede sentirse: la vida la crea y la hace crecer, su energía nos rodea y permanece a nuestro alrededor para lastrarnos de por vida... aquí, allí, entre tú y yo, en el árbol de la calle, en los adoquines, en las casas, por todas partes, incluso entre la pantalla del PC y tú. La ciencia, que a su vez pretende ser verdadera y no ficticia, verificable materialmente, causalista, racionalista y crítica (y no dogmática), no es ni ajena a la sociedad que la crea, ni a la homofobia que impera. Los hombres y mujeres que elaboran las hipótesis de estudio no están libres de prejuicios; ni tampoco pueden sustraerse de la pesada losa moral judeo-cristiana que emana de la Biblia; y en especial, del Antiguo Testamento: un grupo de libros redactados en y para una sociedad agrícola-pastoril del 900 a.C.; libros cuyos mitos son para muchos, aún hoy, una concepción válida del origen e historia de la humanidad (y eso que muchos ni siquiera son de su propia cosecha, sino que fueron adoptados de mitos de culturas coetáneas); libros cuyos dogmas son también considerados, aún hoy, como valores directores de nuestra sociedad, a pesar de que, por ejemplo, nadie entre los que redactaron aquellos manuscritos pudiera soñar con haber pisado la luna, o con las nuevas tecnologías de información y comunicación; ni siquiera podría el bueno del profeta Ezequiel, el que vio la rueda ardiendo en el cielo, y cuya concepción mental le impidió racionalizar que aquella visión bien podría haber sido un asteroide, o un ovni.

Ante todo esto, no es de extrañar que sólo recientemente la Ciencia haya estudiado la homosexualidad en la naturaleza, y que sólo en los últimos tiempos se haya empezado muy lentamente a erosionar algunos de estos conceptos tan arraigados como que la homosexualidad es algo contra natura.

Ni que decir tiene que la exposición ha resultado ser un escándalo para ciertos sectores sociales, políticos y, como no, para la propia Iglesia. Vittorio Bo, responsable del Festival, ha manifestado la conveniencia de que los escolares aprendan y disfruten de esta exposición que trata de romper ciertos moldes dogmáticos y nada científicos. Asegura que “no hay ningún escándalo, pues los argumentos son científicos y no hay nada de obsceno ni de ofensivo en ello". Ya es un paso. Sin embargo, la Iglesia tiene motivos suficientes para considerar esta exposición como un verdadero escándalo moral, ya que el resultado no puede ser más demoledor contra las teorías que mantienen sus teólogos; teorías que reducen la homosexualidad a “vicio” o “enfermedad” humana, a “comportamiento antinatural” de “seres enfermos”. Vale la pena citar la frase de Magnus Enquist, etólogo de la Universidad de Oslo, según el cual “hay cosas que van contra natura mucho más que la homosexualidad, cosas que los humanos hacen, cosas tales como tener una religión o dormir en pijama”.

Mucho más antinaturales e incoherentes me parecen a mí estos individuos, que vestidos con faldones de colores chillones, casullas, estolas y mitras, complementos todos ellos propios de un baile de disfraces, se dedican a fomentar el odio desde el altar, hablando en nombre de una persona que hizo voto de pobreza y murió por la tolerancia, el respeto y el amor al prójimo. Sí, definitivamente esta gente es del todo contra natura.

Para más información sobre el tema o la exposición:
2. Canal Natura: "The truth about gay animals" es un interesante e irónico documental acerca de la homosexualidad en los animales y sobre la negación de ésta por parte de la comunidad científica.

1 Comentarios:

24 de noviembre de 2008, 23:10 Anónimo dijo...

Esto es pura literatura, ¿de verdad que todavía no has empezado a escribir tu "opera prima"?
Yo haría cola delante de la Casa del Libro para comprar el primer ejemplar.
Es increible, en un artículo, cuyo contenido es informativo y científico a la vez, nos has dado una verdadera clase de teología, historia y humanidad.
Gracias, ha sido muy enriquecedor llermelo antes de ir a dormir.

Buenas noches literato.